domingo, 1 de junio de 2014

Redes de Apoyo Social...



REDES DE APOYO SOCIAL


Para hablar de redes sociales es necesario ubicar este concepto en el panorama de intervención comunitario y familiar. Según Lozares (1996), las redes sociales de apoyo se pueden  entender como un conjunto claramente definido de actores que se encuentran vinculados mutuamente a través del establecimiento de relaciones sociales.

Desde ésta perspectiva las redes son constructos simbólicos que entrelazan los sistemas y subsistemas humanos con el fin de satisfacer necesidades de diverso orden, entre las cuales, en el ámbito comunitario se subraya la solidaridad y apoyo emocional en referencia a situaciones que se viven en común, y en el cual se forman los vínculos que facilitan el crecimiento e intercambio de saberes, sueños y realidades para suplir necesidades y expectativas de orden primario como secundario (funciones: emocional, instrumental, apreciativo e informativo); y que, a partir de éstos, fluyen los proceso de apoyo.

La investigación sobre redes sociales apunta al análisis estructural y funcional en condiciones de adversidad o en grupos socialmente vulnerables (enfermedad, discapacidad, adolescencia), identificando el impacto de las relaciones en la red sobre el bienestar, la participación y la integración social de los individuos.

Cuando las familias o grupos sociales desarrollan la habilidad para definir las redes con que cuentan, ya sean naturales, construidas, primarias, secundarias o institucionales, se da un paso importante para alcanzar resultados efectivos en los procesos que adelantan a nivel individual como colectivo; , la noción de red implica entonces, una estrategia de articulación e intercambio entre instituciones y/o personas, y el impacto puede concluir en efectos positivos de la red social, los cuales aparecen en un amplio margen de acontecimientos para la vida de los individuos fortaleciendo el mejoramiento de su calidad de vida, disminución de sentimientos asociados al aislamiento o la exclusión, aumento de recursos y el bienestar mediante el apoyo emocional y la promoción de la salud, entre otros. En suma, el apoyo social consiste en todos aquellos elementos funcionales o estructurales, reales o percibidos, que el individuo recibe de su comunidad, su red social y sus amigos íntimos (ayuda emocional, instrumental o económica).

Así pues, el apoyo social puede pensarse en términos de actividades, tales como reconfortar una persona que enfrenta alguna situación o condición, dejar dinero, dar consejos o información, compartir tareas.  También en términos de interacciones, por ejemplo, tener amigos, un confidente, estar implicado o tener contactos con miembros de su comunidad, tener una red de personas de confianza en caso de necesidad. Dicho de otra manera, el apoyo social puede conceptualizarse como el conjunto de acciones o comportamientos que proporcionan efectivamente ayuda a la persona. Se trata pues de un apoyo activo compuesto de acciones o conductas consideradas como una expresión manifiesta de apoyo o asistencia.

Así pues, la relación de apoyo se remite a la existencia y a la cantidad de relaciones sociales, la estructura del apoyo se refiere a aspectos cuantitativos de la red social personal, incluyendo la proximidad física de los miembros de la red social, la duración y estabilidad de las relaciones, la frecuencia de los contactos entre los miembros y la reciprocidad de las relaciones sociales, la constitución del apoyo se refiere a la necesidad de ayuda percibida y la  función del apoyo se refiere al tipo, cantidad y calidad del apoyo. Estos tipos de soportes incluyen las dimensiones informacionales, emocionales, materiales e instrumentales de la asistencia que son ofrecidas por los miembros de la red social personal.


Tatiana Arias Jiménez
Psicóloga
Esp. Educación Emotiva y Terapia Cognitiva


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